Por tercera noche consecutiva, cuando la oscuridad cubría todo, el infierno volvía a comenzar. Para muchos sin embargo, hacía tres días que daba lo mismo si había sol, luna, nubes, porque casi en continuado, las explosiones y los haces de luz dibujados por las balas trazantes iban esculpiendo en sus almas figuras que nunca se borrarían.
Esta noche, la del 13 al 14 de junio, los Veteranos hacen vigilias en distintos lugares para recordar lo que llaman “la máxima resistencia”. Es su manera de recordar los últimos días de la guerra en los que se sucedieron las batallas terrestres por Puerto Argentino (Longdon, Dos Hermanas, Harriet, Wireless Ridge, Tumbledown, Sapper Hill) y donde ellos dieron todo lo que tenían para intentar resistir el avance enemigo.
Aunque los diarios y la tele no lo conmemoren, entre el 11 y el 14 de junio de 1982 en nuestras Islas Malvinas, pasó absolutamente de todo: Cuatro regimientos de Infantería y un batallón de Infantería de Marina entraron en combate directo contra tres regimientos de infantes de marina y dos regimientos de paracaidistas británicos, además de tres cuerpos de guardias de su reina.
La Fuerza Aérea Argentina atacó el campamento donde estaba el puesto de comando británico, destruyendo gran parte de sus instalaciones y derribando helicópteros en plena operación. Y un misil Exocet, originalmente embarcado en un buque de la Armada Argentina, fue disparado desde la costa, desde la “Instalación de Tiro Berreta”, inventada para la ocasión, y ante la mirada incrédula de su capitán dejó fuera de combate una fragata enemiga. El Brigadier Julián Thompson, Comandante de la 3er Brigada de Comandos de Infantería de Marina británicos, escribió su crónica de la guerra que se llama “No Picnic”.
Sin embargo, nada de todo esto fue suficiente ante la superioridad numérica y tecnológica del enemigo, y porque no decirlo, coraje, y una mejor estrategia. Entonces todo terminó, y el cese del fuego dejó paso a un silencio que los Veteranos describen como abrumador… se habían acostumbrado a los sonidos de la guerra, y ya nunca los olvidarían, ninguno de los dos bandos.
Hoy, a 40 años, cuando muchos Veteranos ya no están, pero muchos otros si, y nosotros tenemos el gran privilegio ser amigo, hermano o pariente de alguno, no dejemos pasar la ocasión para rezar por los que no volvieron y se quedaron velando por nuestra tierra, y también por los que volvieron y siguieron peleando cada día. Pero sobre todo, asumamos la responsabilidad de que nunca sean olvidados, y que a fuerza de nuestro afecto y orgullo, los que volvieron puedan sentir que sus sacrificios, sus miedos y sufrimientos no fueron en vano, y hoy nos sirven para volver a hablar de valores y de la Patria. Muchas gracias Veteranos de Guerra de Malvinas, Dios los bendiga y la Virgen los proteja siempre. Por tercera noche consecutiva, cuando la oscuridad cubría todo, el infierno volvía a comenzar. Para muchos sin embargo, hacía tres días que daba lo mismo si había sol, luna, nubes, porque casi en continuado, las explosiones y los haces de luz dibujados por las balas trazantes iban esculpiendo en sus almas figuras que nunca se borrarían.
Esta noche, la del 13 al 14 de junio, los Veteranos hacen vigilias en distintos lugares para recordar lo que llaman “la máxima resistencia”. Es su manera de recordar los últimos días de la guerra en los que se sucedieron las batallas terrestres por Puerto Argentino (Longdon, Dos Hermanas, Harriet, Wireless Ridge, Tumbledown, Sapper Hill) y donde ellos dieron todo lo que tenían para intentar resistir el avance enemigo.
Aunque los diarios y la tele no lo conmemoren, entre el 11 y el 14 de junio de 1982 en nuestras Islas Malvinas, pasó absolutamente de todo: Cuatro regimientos de Infantería y un batallón de Infantería de Marina entraron en combate directo contra tres regimientos de infantes de marina y dos regimientos de paracaidistas británicos, además de tres cuerpos de guardias de su reina.
La Fuerza Aérea Argentina atacó el campamento donde estaba el puesto de comando británico, destruyendo gran parte de sus instalaciones y derribando helicópteros en plena operación. Y un misil Exocet, originalmente embarcado en un buque de la Armada Argentina, fue disparado desde la costa, desde la “Instalación de Tiro Berreta”, inventada para la ocasión, y ante la mirada incrédula de su capitán dejó fuera de combate una fragata enemiga. El Brigadier Julián Thompson, Comandante de la 3er Brigada de Comandos de Infantería de Marina británicos, escribió su crónica de la guerra que se llama “No Picnic”.
Sin embargo, nada de todo esto fue suficiente ante la superioridad numérica y tecnológica del enemigo, y porque no decirlo, coraje, y una mejor estrategia. Entonces todo terminó, y el cese del fuego dejó paso a un silencio que los Veteranos describen como abrumador… se habían acostumbrado a los sonidos de la guerra, y ya nunca los olvidarían, ninguno de los dos bandos.
Hoy, a 40 años, cuando muchos Veteranos ya no están, pero muchos otros si, y nosotros tenemos el gran privilegio ser amigo, hermano o pariente de alguno, no dejemos pasar la ocasión para rezar por los que no volvieron y se quedaron velando por nuestra tierra, y también por los que volvieron y siguieron peleando cada día. Pero sobre todo, asumamos la responsabilidad de que nunca sean olvidados, y que a fuerza de nuestro afecto y orgullo, los que volvieron puedan sentir que sus sacrificios, sus miedos y sufrimientos no fueron en vano, y hoy nos sirven para volver a hablar de valores y de la Patria. Muchas gracias Veteranos de Guerra de Malvinas, Dios los bendiga y la Virgen los proteja siempre.